«Este es el anhelo y la razón de la entrega a Dios de Monseñor Jorge Alberto: que su vida y la de toda su grey tenga a Cristo por cabeza».
Al centro el Cristograma, formado por las letras iniciales de la palabra griega Khristós, que significa “ungido”, a este signo también se le llama Crismón. Es utilizado como expresión de Cristo Rey y Señor.
Flanqueando el Cristograma las letras Alfa y Omega, primera y última del alfabeto griego, significan que Cristo es Principio y Fin.
El Cristograma está puesto al centro del escudo como expresión de que Cristo es todo, de Él depende todo. El crismón es de color dorado y significa la dignidad, el poder y el reinado de Cristo.
Aparece inmediatamente después la silueta de la Virgen de San Juan, perfectamente unida a Cristo y a su misión, por eso el manto, su corona y los ángeles son de color dorado, como el Cristograma.
En el manto de la Virgen, expresión de su santidad, dignidad y cuidados maternales se unen dos diócesis, representadas en dos elementos.
La barca representa a la Arquidiócesis de Monterrey. Esta imagen está en el presbiterio del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en la colonia Independencia de Monterrey, lugar donde fue bautizado y educado Monseñor Jorge Alberto. Al mismo tiempo representa a toda la Iglesia y la fe guiada y cuidada por la Virgen María.
Por otro lado, las palmas de los mártires representan a la Diócesis de San Juan, por los mártires que nacieron o entregaron su vida en esas tierras.
El campo o fondo del escudo es rojo, representando la Pasión y Muerte de Cristo y las vicisitudes de esta vida, que en Él y por los ruegos de María Santísima pueden ser superadas.
El escudo está enmarcado por un sombrero color verde adornado con doce borlas, seis a cada lado, que indica que es el escudo de un obispo.
Finalmente, el lema está basado en la cita de Efesios 1,10: «que todas las cosas tengan a Cristo por Cabeza«, resumido en el lema de San Pío X: “instaurare omnia in Christo”. Este es el anhelo y la razón de la entrega a Dios de Monseñor Jorge Alberto: que su vida y la de toda su grey tenga a Cristo por cabeza.